Historias | Morir de viejos

El año que cumplía los 13 (1989), Fabio Valbonesi, compañero de tableros y más de un pick & Roll que jamás supe interpretar, se presentó una tarde en el barrio con unos calcetines de los Lakers. Su madre se los había comprado en el mercado que todos los jueves tenderos de toda clase y condición montaban en la calle Ramón Turró de Malgrat de Mar. No hay que decir que aquél par de medias eran la envidia de todos los que nos reuníamos para pasar la tarde encestando en el toldo de un local comercial vacío que habíamos roto a propósito con aquella finalidad. Algún otro se presentaría después con unos de los Mavs. No recuerdo quién. Mientras yo, en cambio, suspiraba por unos de los Celtics.

Y suspirando me quedaba, porque los calcetines que compraba mi madre en agosto en Portugal, cuando íbamos al pueblo, tenían que durar hasta agosto del año siguiente. Los comprábamos por docenas a 200 o 300 pesetas y lo de gastar esa misma cantidad sólo en un par, es algo que ni tan siquiera llegué a insinuar jamás en casa.

Años más tarde, doce o trece después de aquello, yo ya tenía mis ahorrillos, pero aunque hubiera querido, conseguir aquellos calcetines retro de serie B era totalmente imposible por no estar ya a la venta. Había dejado de encestar en los toldos y vestía una camiseta con número y publicidad. Defendiendo los colores del CB Palafolls y bajo las ordenes de Joan Ramírez, la suerte hizo que ese entrenador de currículum desconocido pero amigo personal de Moncho Monsalve y Díaz Miguel, según él mismo nos había asegurado, se presentara en uno de tantos entrenos con un regalo personal para mi persona. Eran unos calcetines de los Celtics. De la misma tirada que aquellos otros que vendían en el mercado y Fabio compró para alardear de Laker. Un gesto que jamás olvidaré y que este fin de semana, tras una década a mi servicio, han acabado por ceder al día siguiente de la derrota en casa contra los californianos. De algo hay que morir y vista la plaga de lesiones, años y minutos, quizá sólo de viejos podamos morir los Celtics.

Los famosos calcetines de los Celtics en su décimo aniversario.