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Delonte West protagonista en las páginas interiores del
último número de la revista SLAM |
Cuando en la
crónica del 25 de noviembre del año pasado escribía para
La Butaca que
Delonte West era
preso de su mala suerte tras caer con su muñeca en una mala postura, pocos sabían que lo de
"preso" era aplicable en aquél momento al sentido más literal de la palabra.
Tras corroborar en vestuarios su primera impresión en pista, el médico de los Celtics ve que aquello no tiene buena pinta y se lo llevan al Hospital para hacerle unas pruebas. El diagnóstico, fractura de muñeca y 3 meses de recuperación antes de poder volver a las pistas.
Casi un año después de aquello, y gracias a la
entrevista que Tzvi Twersky ( @ttwersky ) le hace para la revista SLAM, conocemos aspectos no revelados de aquella noche, las que la precedieron y las que vinieron después.
Para empezar, debemos retroceder en el tiempo hasta la tarde del
17 de septiembre de 2009, Delonte está en su
Washington DC natal. Se siente especialmente cansado y decide irse a la cama pronto tras tomar su dosis de
Seroquel, un fármaco que le trata el trastorno bipolar. Tras llevar un rato dormido, los gritos de su madre maldiciéndolo por tener diferentes armas de colección en casa, hacen que se levante sobresaltado de la cama. Aun aturdido por los efectos del medicamento en el cuerpo, decide coger su
Cam-Am Spyder (moto de 3 ruedas) y cargar con su 9 mm
Beretta, la
Magnum 357, una escopeta de caza (en un estuche de guitarra), la Ruger y un cuchillo
Bowie hasta otra casa de su propiedad en la que tiene un estudio de grabación que considera ideal para mantener alejados a los niños del peligro de las armas. La idea no es mala, pero debido al fármaco, es preso del sueño y se duerme al volante. Afortunadamente recupera el control y al ver a un oficial de policía decide pararlo y explicarle lo ocurrido.
Lo que viene después salta como una bomba en los medios.
Delonte West es detenido por la policía acusado de conducción temeraria y con un arsenal de armas a sus espaldas. Un gran titular que esconde sólo medias verdades ávidas de una contundente aclaración. Es entonces cuando
West, por motivos del guión, se ve obligado a sacar a la luz pública su trastorno bipolar, algo que no consiguó evitar una condena hasta ahora desconocida.
Tras el incidente,
Delonte West tenía una única propuesta sobre la mesa, un año de contrato para los
Boston Celtics. Los mismos que decidieron meterlo en el traspaso a
Seattle Supersonics por
Ray Allen. Los mismos que le habían dejado sin sitio en la plantilla campeona de 2008 paradógicamente, en parte, "gracias" a él.
Una pulsera en el tobillo y llamadas a la policía en cualquier cambio de rutinas. Llamar para cualquier cosa, algo que no hizo al ser trasladado al hospital aquella tarde de noviembre en la que se fracturó la muñeca, y que posteriormente le traería muchos problemas... Puntualidad inglesa al entrar y salir de entrenar, lo que provocó que no pudiera quedarse más de la cuenta para mejorar el tiro o acelerar la recuperación de su muñeca, ausencias en cumpleaños de compañeros, fiestas, etc. De casa al campo de entrenamiento y del campo de entrenamiento a casa. Eso es todo. Un día tras otro, a lo largo de una temporada entera. Así estaban las cosas con
Delonte.
Liberado de todo eso,
Delonte espera ahora tranquilamente en
Washington DC a que acabe el
lockout para recibir una propuesta de renovación por parte de los Celtics. Las intenciones de
Danny Ainge son toda una incognita "gracias" al total hermetismo que obliga la situación de bloqueo, pero más de uno creemos que
Delonte se ha ganado un sitio en el nuevo proyecto, le debemos uno, el 18.
NOTA DEL AUTOR
- Pese a que todo el tema del arresto domiciliario acabó allá por el mes de mayo, Delonte sigue en la actualidad bajo un régimen de libertad condicional vigilada, hecho que le ha impedido durante el lockout buscarse un equipo en el que ganarse la vida fuera de Estados Unidos, algo que le ha denegado expresamente un juez.