Quizá no sea el mejor día para hacer balance. Desde la madrugada del quinto partido contra los Heat no he vuelto a entrar en el Blog. Digamos que me da miedo. No sé como expresarlo, quizá miedo o dolor no sean la palabra, pero es una mezcla de ambas cosas.
Tras 82 partidos de Regular Season y 9 de Play-off se te queda cara de tonto cuando llega el final. Cuando todo se acaba. Digamos que no es lo mismo levantarse, ver el resultado y diseccionar el Boxscore que ver en vivo y por streaming casi al completo toda la temporada. Es la primera temporada que experimento algo así. Ha sido duro. Tengo la sensación de haberme desinflado con el equipo. El equipo se hace tanto a ti que juegas a ser GM, aficionado y entrenador al mismo tiempo. Saber que hay un partido a las 3, un despertador a las 6 y un trabajo a 50 kilómetros esperándote a las ocho y media en Madrid. Pensando sólo en lo de anoche y a la vez, ya en lo de mañana.
Me siento vacío. Centrarte en un solo equipo tiene esas cosas. Ni siquiera el All Star, tan esperado otros años para mí, consiguió llenar el vacío de unos días sin competición. Imaginad como se me queda el cuerpo cuando vienen meses por delante sin un triste partido de los Celtics al que acudir de madrugada.
Hacer ahora un resumen de lo que ha pasado es complicado. No me apetece. Hablar ahora de la llegada de los O’Neal, del famoso trade al cierre del mercado, de las lesiones, … Quizá otro día. Me quedo con el día a día y los post de temporada. Las sensaciones que me transmitió el equipo mientras jugaba. Ganase o perdiese.
PD.- Quisiera enviaros un agradecimiento a tod@s por haber tenido algún momento por visitar el Blog en su primer año de vida. Vosotros se la habéis dado. Muchas gracias.
