Pasó el tiempo. Habían transcurrido algo más de 3 años a los mandos de la nave. Decisiones como intercambiar a Brandon Roy por Randy Foye a los Blazers o acometer la renovación del equipo a costa de traspasar a Kevin Garnett a cambio de media plantilla de los Celtics le "avalan" como ejecutivo.
Año 2008. Randy Wittman comienza la temporada como entrenador jefe de los Wolves. Kevin McHale es el principal responsable de esa decisión. Mucha experiencia como asistente y sólo un par de temporadas como entrenador principal de los Cavs entre 1999 y 2001, donde dejó un más que discreto registro de 62-102. Con estas credenciales sentó Mc Hale al ex-jugador de Atlanta, Sacramento e Indiana en el banquillo de los Timberwolves. 42 partidos después, y tras haberle visto perder hasta en 30 ocasiones, McHale decidió que ya estaba bien. Debió pensar que bastante daño había hecho ya en los despachos cuando decidió bajar de nuevo a los banquillos. A sus ordenes, sin embargo, ya no estaban Garnett y compañía, sino un cúmulo de despropósitos que él mismo había diseñado. 20-43 sería su récord hasta finalizar la temporada. No se quejó de la confección de la plantilla. Todo un profesional.
En su presentación con los Rockets |
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