Cuando Naia no conseguía dormirse tras la comida de mediodía, pensaba que me daba algo. Quedaban aun ocho horas y media para que el balón empezara a rodar en el Staples, pero yo ya sabía que aquello iba a ser clave. Cuanto más se retrasase la siesta, más se retrasaría la hora de irse a la cama.
Las 21.30 horas, habitualmente hora de irse a la cama para algunas, era la hora programada ayer para el clásico de los clásicos en el deporte de la canasta. Los Celtics volvían anoche al escenario del crimen, y lo hacían con Kendrick Perkins para sacarse la espinita y Shaquille para sacarse el espinazo. Aunque fue él el que decidió irse, siempre quedará en su cabeza que aquello fue un Kobe o él. Jamás imaginó volver a verselas con Nicholson vestido de verde.
Mientras, en los exteriores del Staples, con el suelo mojado, pero ya sin lluvia, algún Celtic se mezclaba entre los miles de aficionados Lakers, dentro, Ray Allen practicaba el tiro en solitario, y a miles de kilómetros de allí, yo trataba de dormir a mi hija menor de manera acelerada. Lo intenté desde las nueve. Pensé que si la metía antes en la cama, antes caería, pero no fue así. Pasaban los minutos y la tardía siesta de la niña hacía de aquello una misión imposible, tanto que acabé por desistir en cuanto me percaté de que la hora de inicio del partido había llegado.
Exteriores de Staples antes del partido (@MartinGuirado) |
Quité una lista de reproducción de Caillou. Llantos. Neus, muy dada al YouTube y a acostarse aun más tarde que su hermana pequeña estaba decidida a arruinarme el espectáculo. Finalmente, tras recordar que tenía un DVD que regalaba EL PAIS, puse "La nochebuena de Caillou" en el DVD. Aunque a disgusto, acabó por aceptar. Ya con el portátil en mi poder, entro en la web de Firstrow y conecto con un partido que sólo puedo ver entrecortado. Por la calidad de la señal y porque tenemos que cenar, jugar, hacer de padre y de Puto. Bryant y O'Neal coinciden en el tiempo y en el espacio. Lo habían echo ya antes tras su separación, pero ver a Shaquille con otra mujer no había hecho tanto daño en el Staples como con la que se presentó anoche. Fue como montárselo con otra en el piso de tu primera novia y con toda la familia de esta observando la jugada. La propia NBA se encargó de distribuir las imágenes vestidos Retro.
Kobe y Shaquille, con su nueva novia. Ya en faena y con las dos niñas cenadas y acostadas, me centro en el partido. Garnett recibe y la sangre baja por su frente. Gasoft le ha dado y sólo podía ser sin querer. Blandito el español, que sólo las olió cuando le dejó la Mamba Negra. Lo del parche en la cabeza tras los 4 puntos de sutura en vestuario, la imagen del partido. Espectacular y novedosa "tirita" que también lució Andrew Bynum, que acabaría el partido tocado de una rodilla, en uno de sus codos. |
Garnett y su espectacular "tirita" |
El partido avanza. Pierce y Kobe parece que se retan, aunque sólo lo parece. Kobe se reta con los Celtics como equipo. Es él contra el mundo. Tras pase de Fisher y la bola en su poder, sólo está él. Muchas acaban en canasta, otras con falta en ataque y otras tantas con rebote. Donde no acaban es en manos de otro compañero. Cero asistencias para Bryant. Tan difícil o más eso que lo de anotar 41 puntos.
Lo de Pierce es otra cosa, simplemente es la culminación a un talentoso juego de equipo que acaba encontrándole a él para apuntillar las posesiones. En un momento determinado de la segunda parte están los dos con 30 puntos. Los Lakers piden tiempo y la imagen de Pierce con dos vasos, uno en cada mano, es reflejo del esfuerzo que está haciendo en su ciudad natal.
Paul Pierce durante un tiempo muerto |
Cena de Marquis Daniels tras el partido. |
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