Hace unos meses, cuando tocaba perder en Detroit o Cleveland y nadie sabía que, tras perderse unos partidos en febrero por la misteriosa enfermedad de un familiar, una nueva y rejuvenecida versión de Kevin Garnett iba a aparecer, todos (los aficionados) hubiéramos firmado jugarnos el pase a la final de conferencia al mejor de tres partidos, contra Philadelphia y con el factor pista a favor.
Y ese es el punto en el que estamos. Con el Big Four medio sano, activo, que no es poco y las pinceladas de Bradley un día y de Pietrus otro, Boston encara la fase final de la temporada dando una imagen de lucha, constancia y oficio.
Pocos se acuerdan del cansancio, pese a que la rotación de Boston sea la más pobre de cuantos equipos quedan en competición. Pesa más la imagen de un equipo que se sabe herido, por alguna necrológica a destiempo. Algo que Boston ha sabido utilizar para motivarse. Partido tras partido.
Lo peor que se podía hacer con este equipo es enterrarlos vivos, antes incluso de empezar a andar. Se hizo con San Antonio y de muerto ha pasado a ser el alma de la fiesta. Una fiesta que acabará en baile y si finalmente es San Antonio el que se presenta a ella, quién mejor que Boston para bailar un agarrao.
boston vs san antonio la final ?
ResponderEliminarOld School total. Sería tremenda!!!
ResponderEliminarSería mi preferida, pero no haría ascos a OKLAHOMA con tal de que su rival fuera BOSTON.
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