Por José A. Pérez ●
@jose13bisPara @Basketamericano
Septiembre 2013
Terceros en la Atlantic, con un récord ligeramente por encima del 50% (41-40) y eliminados en primera ronda de playoffs (4-2) por los NY Knickerbockers. Así acabó para los Celtics su sexta temporada de la penúltima saga ‘Big Three’. Once meses antes, en una Final de Conferencia de las que cortan la respiración, solo el increíble talento del mejor jugador del planeta, apeó a los de Rivers de las que hubieran sido sus terceras finales en 5 años.
Con el convencimiento de que aquello podría alargarse un año más, trató Ainge de confeccionar una plantilla a la que renunció Ray Allen desde un primer momento. Obviando un mejor contrato en Boston, una de las patas del taburete cambiaba de bando, forzando así una oleada de nuevas incorporaciones para el backcourt.
Leandro Barbosa, Jason Terry y Courtney Lee llegaban para cubrir un hueco que ni juntos de la mano y con los brazos extendidos lograron siquiera disimular.
En el juego interior dos caras nuevas: Milicic y Sullinger. El primero duró lo que tardó en aparecer la enfermedad de su madre, que se lo llevó a Serbia para no volver jamás. El segundo lo que le permitió su maltrecha espalda, 45 partidos en los que se mostró como una gran ayuda en el rebote y el juego al poste.
Las reincorporaciones de Jeff Green y Chris Wilcox, ambos tras superar sendas dolencias cardíacas, cerraron el círculo de incorporaciones más destacadas en una plantilla que llegó a sumar hasta 20 jugadores con algún partido jugado de los 81 que disputó el equipo lo largo de una temporada marcada, nuevamente, por el infortunio.
Empezó el equipo sin Bradley, que reapareció en enero, y acabó sin Barbosa, Milicic, Sullinger y Rondo.
Lo que desencadenó la baja de este último fue realmente curioso. El 25 de enero, día de su lesión, el equipo cerraba en Atlanta una racha de 6 derrotas consecutivas. Mientras prensa y afición discutían sobre la necesidad de tirar o no la temporada y ‘tankear’ de cara al draft, el equipo llegó a sumar hasta 7 victorias consecutivas*, cambiando el título del debate a : ‘¿Juega este equipo mejor sin Rondo?’.
En el asterisco de esta pequeña historia siempre recordaremos que seis de aquellas victorias se lograron en casa y la única que se consiguió fuera se lograría en el Air Canada Centre, en la que era la quinta derrota en los últimos seis partidos de los Raptors.
Es cierto que el equipo ganó más partidos sin Rondo que con él, pero también lo es que cuando el equipo necesitó realmente un director de juego -véanse las series ante los Knicks-, en nadie lo encontró, propiciando con ello el desmantelamiento de un equipo que había luchado año tras año por estar entre los mejores.
El prestigioso Blogger Pablo Mira me confió un día su parecer. ‘Molaba ser de un equipo que jugaba sin bases y sin pívots’. Esos fueron los Celtics de la buena racha, un equipo que molaba por lo atípico, pero que estaba claramente predestinado a verse fuera de la lucha a las primeras de cambio. Como así fue.
Llegado el verano, el primero en decir adiós fue, bajo sorpresa general, Doc Rivers. Sin fuerzas para encarar una necesaria reconstrucción, el de Illinois hacía las maletas invitando a que KG y Paul Pierce le siguieran en un viaje que emprendió sin ellos, que finalmente acabarían en Brooklyn junto a Jason Terry.
A cambio, cuatro futuras rondas más Kris Humphries, Gerald Wallace, Kris Joseph (ya cortado), MarShon Brooks y Keith Bogans.
La reconstrucción era una realidad y para capitanearla Coach Stevens llegaba procedente de la Universidad de Butler .
Dando una lección de humildad desde el primer día, Stevens parece traer bien aprendida la lección que supuso, a comienzos de siglo, el precedente ‘Rick Pitino’. Desde el respeto a la legendaria institución con la que ha firmado un contrato multianual, Stevens nos promete mantener la esperanza de ver en Boston un baloncesto nacido del trabajo diario de un grupo de jóvenes jugadores que contarán con la ayuda del más avanzado análisis estadístico.
Con las incógnitas de saber cuando volverá Rondo y qué sanción impondrá la Liga a Jared Sullinger, tras el triste episodio de violencia doméstica que protagonizó durante este verano, se presentan los nuevos Celtics en sociedad con un renovado cuerpo técnico y un mínimo de 7 nuevas incorporaciones en pista (Los 4 de los Nets más Vitor Faverani, Kelly Olynyc y Phil Pressey) .
De todos ellos, solo Marshon Brooks y el novato Kelly Olynyc parecen tener futuro a medio plazo en el equipo. El resto, relleno para un cojín que amortigüe el golpe en lo posible… Y sin tanking, faltaría más
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